EL DESCUBRIMIENTO DE NEFERTITI
El busto más bello del arte antiguo, el busto de Nefertiti, tiene más de 3.400 años, sin embargo, hace poco más de un centenario que fue descubierto. Su historia ha estado envuelta de polémica desde su hallazgo y, todavía hoy, esta reina egipcia mantiene grandes misterios sin resolver.
El 6 de diciembre de 1912, el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt y su equipo encontraron el busto de Nefertiti en el yacimiento de Tell el-Amarna, la antigua ciudad de Akhetaton. Estaban excavando los restos del taller de un antiguo jefe de escultores, Tutmosis, cuando encontraron el icónico rostro casi intacto, junto con una serie de cabezas en piedra, máscaras y moldes de yeso de la familia real.
Su traslado a Alemania está lleno de controversia; se cree que Borchardt habría obrado de manera fraudulenta, ocultando el verdadero valor de la pieza, para lograr el permiso para sacar el busto del país. Desde que fue presentada en público en 1924, Egipto ha exigido su devolución, iniciando así una pugna que ha llegado hasta nuestros días, sin perspectivas de resolución.
Esta, pero, no es la única polémica que la ha acechado; en 2009 un egiptólogo suizo, Henri Stierlin, afirmaba que el busto no era una pieza tan antigua y excepcional como se creía, sino que Borchardt habría pedido su creación a uno de los restauradores de la excavación. Ante esta acusación, el Museo Egipcio de Berlín, donde la obra está expuesta, certificó su autenticidad a partir de documentación y análisis por tomografía computerizada.
Su deslumbrante belleza y los interrogantes que la rodean han convertido a Nefertiti en una de las reinas más famosas del mundo antiguo y, sin embargo, es una de las grandes desconocidas. Poco se sabe de sus orígenes o de su suerte tras desaparecer de la vida pública, y el paradero de su tumba es, hoy en día, uno de los misterios más investigados del antiguo Egipto.